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M ä r U

day after day

A veces, tras desgracias como las ocurridas recientemente, te planteas cosas que no sabes explicar. Te informan de la muerte de dos personas, un suicidio y un accidente. Jóvenes, menos de veinticinco años… El suicidio tiene pocas palabras, me deja sin ellas, me asusta y a la vez lo puedo comprender. Pienso en la familia y me dan ganas de llorar. El accidente me deja triste, pienso en qué injusto es el destino… creando un futuro que se corta en el presente. No puedo opinar… son casos iguales y a la vez tan diferentes. Son dos historias que no me dejan indiferente. La semana pasada pensaba “si él lo ha hecho, ¿porqué yo no?”, más que un pensamiento lo denominaría sentimiento o como mucho reacción. Esa pregunta me asolaba tanto la cabeza que me asusté de mi misma y me fui a casa el viernes. Lloré y hablé. El miedo se esfumó. Cobardía. El miedo se debe de convertir en victoria, no en su propia ausencia.
Esta semana no empecé pensando eso. Ayer hice unos cuantos problemas de dibujo que estuve todo el fin de semana pensando, y finalmente ayer a las ocho de la tarde se me iluminaron sus soluciones. Probablemente si atendiese más en clase me hubieran llevado menos tiempo, pero soy así, confío en que pensando mucho llegaré a saber hacerlo sin necesidad de muchas explicaciones. Es un error, al final muchas veces te das cuenta de que las cosas no son como pensabas y cuando quieres seguir la explicación es demasiado tarde. Pero bueno, lo que quiero decir es que después de estar pensando durante un buen rato un problema, sea de dibujo, matemáticas, física o cualquier asignatura de estas, y finalmente puedes hacerlo, es una satisfacción tan grande que inexplicablemente te pone contenta.
Razón por la que hoy me he levantado sin pensar “¿porqué yo no?”. Cuando llegaba a casa después de clase he leído la esquela del accidente, y mi pensamiento se ha transformado en un “¿porqué soy tan egoísta?”, o mejor dicho… sentimiento o reacción ante un estímulo externo…
Y ahora no pienso ni siento nada concreto al respecto. Ayer por la noche volví a llorar, sin razones específicas. Me gusta mucho lo que he hecho de mi, pero si me caigo no subo. Me estreso al no poder llevar todas las asignaturas al día. Y a la mínima pienso en… ese fin… Me gusta llorar, a veces me obligo a ello, sé que no debo pensar algunas cosas y las pienso, o sé que no debo releer otras cosas y las leo. Tengo un punto de masoquismo… siempre lo he tenido. Alguna vez me he autoagredido. Sobretodo cuando estudiaba acordeón y tras media hora repitiendo constantemente el mismo compás sin que saliera, me pegaba. No recuerdo si funciona… de eso hace ya mucho tiempo.
Me gusta mucho ir al gimnasio, cada día más. Es una actividad en la que nadie espera nada de mí. En las demás actividades me siento presionada constantemente… odio la típica pregunta ¿qué tal las clases? Que yo siempre contesto con un “bien” seco y cortante, aunque vayan mal. En el gimnasio me olvido de todo, y no, no voy para adelgazar más. Casi todo el mundo cree que estoy obsesionada con mi cuerpo.
El otro día hice un test de vocaciones, o algo así. Los resultados no me sorprendieron… aunque no es que me fíe demasiado de los test. Son fácilmente manipulables, según las opciones sabes por donde van los tiros de cada respuesta, de tal manera que inconscientemente marcas las cosas que tienes en mente hacer, para así no frustrarte demasiado al observar como lo tuyo no tiene nada que ver con el camino que estás siguiendo. Aunque esto de los tests pasa con todos los tipos… creo que no he hecho ni uno que haya sido manipulado por mi cabeza para que dé justamente lo que yo quiero que dé, y sin que sea descarado.
Esta semana no ha empezado muy mal… pero habrá que ver cómo va. “La luna o el Sol, el fuego o el hielo…”

“La valentía consiste en enfrentarnos a nuestros propios miedos”

1 comentario

DvD -

sabes una cosa, leo esto, y tras ello m qedo pensando, me qedo marabillado y es que aunque me cueste por que hay que pensarmuxo aveces para entenderlo pero me arrasta a seguir lellendo.

Es eso lo que t hace especial. lo que hace que si t vas, el mundo no cambie. esta tristeza que tienes es buena por q nos hace aprender, nos hace volar a tu mundo. y lo mejor es q es algo que LO HACES TU(nadie t obliga) y q esta bien. por eso no llores y sonrrie por que hace al resto de la gente una cosa mejor que las clases, mejor que la popia vida, por que lo que enseñas no cuesta esfuerzo.