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Tormenta

Tormenta Ha pasado casi un año desde que nací por segunda vez. Desde que descubrí que el mundo no solo era lo que pensaba que era. Desde que descubrí que hay vida tras el horizonte y que no todo es como me decían.
Hoy ha sido uno de esos días en los que te ausentas del mundo, y eres feliz porque lo que te rodea lo has idealizado tanto que piensas que vives en otro sitio, en otro momento, pasado o futuro.
Hoy me he sentado en un banco, y he dejado las horas pasar observando cómo las gotas de lluvia caían a través de los cristales de mis gafas, dejando un suave olor a tormenta. Es ese olor tan dulce como un caramelo de menta, y tan vacío como la vida de los difuntos. Es un olor a pasado, a algo que no estás seguro de que realmente ocurrió, pero que inevitablemente está en tu mente. En ese olor se encontraban muchos recuerdos, en ese olor se encontraba aquél día de Julio en la costa de Inglaterra, cuando la felicidad y la alegría flotaban en el ambiente, y sin embargo el doloroso sentir del paso del tiempo te iba haciendo una herida por dentro, que ahora mismo estoy haciendo que vuelva a sangrar y que nunca cicatrizará. Ha parado de llover, pero el cielo promete más agua. No se oye nada excepto un trueno que suena a furia, que suena como ese sueño que persigo y que nadie quiere que consiga. Que me atormenta y por otro lado me da energía para continuar luchando. Es un trueno lleno de vida, la poca gente que veo por la calle huye asustada hacia sus casas... y me miran con compasión. Al levantarme del banco y caminar por las calles desiertas regresa a mi mente aquella calle de la urbanización inglesa, aquellos días cuando me despedía de la gente con quien estaba con la certeza de que les iba a volver a ver ocho horas más tarde. No se puede explicar de más maneras que es algo increible, no se puede expresar un sentimiento al que no sé poner pensamiento. No sé qué hacer, a dónde ir, me siento perdida. La rutina me apelmaza y la tormenta me resucita, la tormenta me evade de este cruel mundo. Siento como el sol va apareciendo y todo vuelve a ser como antes, no me gusta ver tanta gente, no me gusta ver tanta vida. No me gusta porque significa que ya no habrá tormenta, porque significa que ese fuego que surge cuando veo un rayo se está apagando. Porque la felicidad que siento al recordar tiempos pasados es muy difícil de sentir en otras condiciones. Estoy umbada en un gran campo de hierba, y con los ojos cerrados es como si oyera el mar mezclado con el sonido de las últimas lágrimas del cielo. Y no estoy sola, el espíritu del agua está conmigo, y la lejanía que me desborda se vuelve más cercana hasta regresar al mismo momento y al mismo lugar de mis sueños.
No, por favor, no te vayas, no me dejes sola. Me estás abandonando, me estás volviendo triste.
Lloro, grito, desespero, siento locura, siento amargura... y siento una profunda liberación.
Ha salido el sol, y otro sentimiento ha aparecido, es un sentimiento más presente y más futuro. Asusta, sí, pero confío en que algún día pueda volver a recordarlo durante una tormenta.

1 comentario

dead&crazy crows -

jolin... y pensar q yo d pekeña tenia miedo a las tormentas, no, a la simple lluvia...pq un dia cayo una q el agua bajaba enfurecida por nuestra caye..pero aora me gusta la lluvia!! maruuu tu tankiii q vas a volver alliiii bxs!!