Blogia
M ä r U

Yoshii

La lluvia cae muy despacio, tan despacio que parece como si el reloj retrocediera segundos cada minuto. Yoshii camina despacio por las calles de Londres, entre una multitud que despliega paraguas de todos los colores. Turistas amontonandose incomprensiblemente en las tiendas, en busca de una prenda de plástico ridícula que no costará más de una libra, pero que compran al precio de tres... “ya os lo había dicho yo que iba a llover” “No se os puede hacer caso, os dije que mejor a Paris” “Odio Londres, siempre llueve”. Eso es lo que Yoshii escuchaba por la calle a gente cargada de camaras, mapas, bolsas llenas de recuerdos londinenses y demás artilugios que hacen a un turista inconfundible en una de las ciudades más importantes del planeta. A él no le gustaban esos comentarios, pero no podía hacer nada más que sentir indiferencia hacia esa gente. Al fin y al cabo, qué sería de él sin ellos. Trabajaba en un McDonalds, de la calle Oxford street. No era el trabajo de su vida, pero no podía quejarse. Tan sólo tenía 23 años y podía permitirse vivir independientemente en medio de esta sociedad cruel y egoísta. Yoshii no es de Londres, ni siquiera del Reino Unido, ni tan siquiera de Europa. Hacía diez años que había dejado su Tokio natal para descubrirse a si mismo. Vino en compañía de sus padres y su hermano mayor Ukyo, pero éste regresó a Japón en cuanto cumplió la mayoría de edad. En la actualidad Yoshii no sabe nada de él, y sus padres están en Nueva York, aprovechando una herencia que su tío segundo dejó a su madre. Yoshii no sabe que pensar de sus padres, dejaron de trabajar para ver mundo hace un año y de vez en cuando le llaman y le cuentan que se mudan a la otra punta del planeta... pero bueno, Yoshii es feliz. Vive con una amiga y un amigo, Aïsha y Valentino. Son de su edad y trabajan en el mismo sitio que él. Es divertido, cada mañana se levantan a la misma hora, desayunan y cogen el mismo metro para bajarse en la misma parada. Podría parecer que estan muy atados unos a otros, pero la verdad es que son más libres de lo que nunca podían pensar.
En los ratos libres, Yoshii coge el metro y se baja en una parada u otra siguiendo un ritual bastante extraño. Cuando se sube empieza a leer un articulo en una revista, y cuando lo ha leido, se baja en la siguiente parada. Es interesante, a veces se baja en sitios que no había descubierto hasta ahora. Después, deja a sus piernas allá donde le lleven, da igual que llueva, haga frio o demasiado calor. Hoy, es uno de esos días. No tenía que trabajar, y por tanto estaba dando un paseo. Llovía, y aunque no le agradaban los comentarios de los turistas sobre la ciudad que se extendía ante si mismo, se detenía a escucharlos. De vez en cuando se llevaba alguna que otra sorpresa. A veces, esos turistas le hacían preguntas sobre en qué sitio de la ciudad se encontraban, es gracioso ver como te enseñan un mapa de metro y medio de largo y te piden que por favor señales dónde se encuentran. Yoshii solía pasar de ellos, si te pones a contestar a uno se amontonan otros catorce detrás. Es egoísta, pero a veces hay que elegir, o tu tiempo o el suyo. De momento hoy, nadie le ha preguntado nada. Entra en un supermercado y compra una cocacola de sabor a vainilla y una revista. Se sienta en un banco y se pone las gafas de sol. Llueve, pero una de las cosas que más le gustan de Londres es que hagas lo que hagas, nadie te va a mirar como que hicieras algo incoherente. La verdad es que si Yoshii se pone las gafas es para poder observarlo todo con más intimidad. Desde sus cristales negros, puede ver... Un perro que da vueltas buscando su cola... un grupo de turistas con un mapa enorme... Un grupo de punkis fumando... y gente que camina a gran velocidad mirando su reloj con un maletín y bien vestidos. Nada interesante para Yoshii. Por eso saca su reproductor MP3 y escucha algo. La verdad es que Yoshii no entiende de esos artilugios, qué haría él si no fuera por Valentino que es quien le mete las canciones y aconseja en lo que es el campo de la electrónica. Valetino es como un hermano, a veces le dice que se vaya con él a tomar algo por la noche, pero Yoshii siempre se inventa alguna excusa. Sabe lo que hace Valentino, sabe que va a ligar o a beber con sus amigos. Siempre va a los mismos bares, frecuentados por gente de su pais, Italia, y tiene buena amistad con los dueños de esos sitios. La música según dice, no es mala, y a Yoshii le gustaría, pero prefiere no ir. Muchas veces Valentino le reprocha en broma que así se va a quedar soltero toda su vida, y entonces Yoshii le contesta que la vida no puede basarse en formar una familia. Nunca se ha enamorado, bueno, no está seguro, pero no cree en el amor. Si que se ha fijado en muchas chicas, Aïsha sin ir más lejos. Yoshii lo tiene guardado muy dentro, y aunque no está enamorado de ella, la tiene un afecto y un aprecio muy especial.
Ha dejado de llover, pero las nubes grises continuan decorando el cielo, como si se trataran de los frescos de una cúpula enorme.

continuara...

0 comentarios